Consejos para prevenir el pie de atleta si practicas un deporte de invierno
Con las primeras nevadas, ya hay ganas de esquiar o pasar el día en la nieve. Los deportes de invierno requieren la ropa adecuada, sin olvidar que los pies son especialmente delicados: el sudor y la humedad favorecen los hongos en los pies, así que debes tener especial cuidado.
Como hemos comentado en anteriores posts, algunas condiciones como la humedad y un entorno oclusivo crean el microclima adecuado para la proliferación de hongos.
Por otro lado, la práctica del deporte favorece el sudor y, el hecho de llevar el pie abrigado y sin apenas aireación, lo hace más vulnerable a una infección fúngica. Es conveniente tomar algunas medidas preventivas para evitar el pie de atleta. Si, por el contrario, ya tienes pie de atleta, puedes practicar deporte igualmente. Asegúrate de que sigues tu tratamiento antifúngico y extrema estas medidas que te proponemos:
- Escoge el calzado adecuado. Cada deporte requiere un tipo de calzado, pensado para la práctica correcta de ese deporte: sus características en cuanto a transpiración, impermeabilidad, refuerzo, etc. Asegúrate que el calzado cumpla con las características necesarias.
- Calza la talla correcta. Una bota o zapato demasiado pequeño puede causarte ampollas o heridas. Una talla demasiado grande favorece el desplazamiento del pie dentro del calzado y esa fricción, favorece la aparición de ampollas.
- Lleva unos calcetines de recambio. Es importante mantener los pies secos, así que si los calcetines que llevas se quedan empapados con la práctica del deporte, conviene cambiarlos.
- Lava y seca bien los pies. Cuando termines tu actividad, lávate los pies con agua y jabón y asegúrate de secarlos bien, especialmente en los espacios interdigitales.
Aplica un desodorante para pies con acción antibacteriana y antifúngica. Existen desodorantes que, además de refrescar y eliminar el mal olor en los pies, crean un medio adverso para la proliferación de microorganismos.