Identifica a tiempo el pie de atleta

Diferentes molestias pueden ser indicadores del pie de atleta. Si sufres alteraciones en la piel de los pies, la probabilidad de que también sufras esta dermopatía no es tan pequeña. Y es que, el pie de atleta está muy extendido.

¿Sabías que alrededor del 70%1 la padecen al menos una vez en la vida? Utiliza la siguiente prueba de autodiagnóstico para identificar el posible contagio del pie de atleta.

Comprueba si debes responder con Sí a una o incluso varias preguntas:

 

  • ¿Notas últimamente un picor frecuente o escozor desagradable en los pies?
  • ¿Se producen estas molestias sobre todo en los espacios interdigitales?
  • ¿Notas a veces un olor desagradable que, sin embargo, se distingue claramente del olor del sudor normal?
  • ¿Tu piel está agrietada en la parte inferior del pie y en el talón y se forman escamas de gran tamaño que se desprenden?

¿Cómo hay que proceder?

Si no has podido constatar ninguno de los síntomas descritos antes, es probable que no padezcas pie de atleta. Si las molestias persisten, consulta a un médico. Pero si el resultado del autodiagnóstico es que tienes alguno de estos síntomas, es bastante probable que se trate de pie de atleta. Esta dermopatía se puede tratar fácilmente con productos que contienen principios activos antimicóticos. Un ejemplo claro es Canespie® Bifonazol de Bayer que frena el crecimiento de estos hongos y los elimina.

Aviso importante: Si estás embarazada o tienes una edad avanzada, deberías consultar a un médico antes de comenzar el tratamiento.

Evita riesgos de contagio

En cualquier caso, es aconsejable tomar algunas precauciones para prevenir el pie de atleta. En particular las siguientes preguntas te ayudarán a evitar riesgos. Si contestas una o varias preguntas con No, lo mejor es que cambies tu comportamiento a ese respecto.

  • ¿Llevas preferentemente calcetines y medias de algodón (tejido transpirable)?
  • ¿Procuras que tus zapatos sean de piel o de materiales transpirables? ¿Utilizas exclusivamente zapatos cómodos que no aprietan en ningún punto?
  • ¿Lavas medias, calcetines y toallas siempre a temperaturas de como mínimo 60 grados en la lavadora? ¿O utilizas para eliminar los patógenos como alternativa un detergente higiénico especial?
  • ¿Dejas que les dé el aire a tus pies en la medida de lo posible y te secas los pies con cuidado, después de lavártelos?
  • ¿Procuras tener los pies siempre calientes y secos?
  • ¿Te duchas nada más hacer deporte y te cambias de calcetines y zapatillas?
  • ¿Te secas los pies con cuidado, sobre todo entre los dedos, después de lavártelos? ¿Usas algún producto que mantenga tus pies secos, evitando que haya un exceso de sudor como un desodorante de pies?
  • ¿Utilizas toallas, calcetines, medias y zapatos exclusivamente tuyos y no los compartes nunca con otras personas?
  • ¿Usas siempre sandalias de playa o chanclas en instalaciones con un ambiente húmedo y cálido, como piscinas y vestuarios?

Referencia: Ilkit M, Durdu M. Tinea pedis: the etiology and global epidemiology of a common fungal infection. Crit Rev Microbiol. 2015;41(3):374-88.